miércoles, 23 de enero de 2013

EL AHORRO

Con especial consideración para el Profesor José Mori Chávez y a mi entrañable profesor de primaria Juan Chávez Paredes.... EL AHORRO El niño regordete de lacios cabellos claros y ojos vivos, había ingresado en el salón del segundo grado de primaria de la escuela 81; Con un afán de mostrar mayor altura que la que tenía se mostraba autoritario frente a sus compañeros, ¡Ya pasa coche! –decía – y un blanquiñoso y sonriente niño ingresaba intentando silbar, ¡Pasa José! –Entraba otro- ¡pasa fulano y pasa sultano! , de esa manera iban ingresando poco a poco los alumnos. En un momento se escuchó una voz… ¡Allí viene el profe! ….El chico regordete se apuró a hacer ingresar a los alumnos que aún permanecían en la puerta; El traje verde esmeralda y la corbata concho de vino, resaltaban la figura serena del profesor, que hacía olvidar por entero su apodo de “chueco”; Ingresó al aula… un coro de voces infantiles saludaron con un sonoro “Buenos días profesor”, ¡buenos días! - contestó brevemente- Cuando la mayoría nos disponíamos a repasar mentalmente la tabla del siete el profesor se paró de su escritorio se encaminó al centro del aula y dijo: ¡Antes de que olvide!, ¡A partir de esta semana, dos alumnos vendrán los días domingos en la tarde a hacer limpieza del aula¡ , ¿entendieron? esta semana el número de orden cuarentisiete y el cuarentiseis! ¡Ya lo saben…! Continuó con su rutina diaria…. llamó tres grupos de alumnos y luego pasó a tomarles la tabla del siete, de manera ascendente y descendente y luego de manera salteada, el profesor se dio por convencido; Solicitando luego a Julio el alumno más destacado a que abriera su libro Bruño y diera lectura a la página ciento cuarenta. Julio empezó leyendo “El Ahorro””, cuidando en no desentonar y obedecer los signos de puntuación , admiración e interrogación concluyó la lectura ante la atenta mirada del profesor ; Luego de agradecer , él profesor hizo una síntesis de la lectura haciendo énfasis en la bondades del Ahorro y su importancia para nuestra vida futura , Asimismo hizo mención de que el Estado Peruano había declarado esa semana como la Semana del Ahorro ; terminó indicando : ¡Y para que no se olviden de la importancia del ahorro! Para mañana todo el mundo me trae un tarro vacío de leche “gloria”, dos pedazos de cartón- cartulina de doce por doce centímetros. Tres botones negros para pantalón, un corcho, un poquito de esmalte blanco, como los alumnos se quedaron observándolo luego del dictado y sus ojos interrogaban el motivo…El profesor dijo sonriendo, ¡Ha…Si quieren saber para qué… mañana traen todo y lo sabrán! ; Hubo un sonido ocasionado por el cuchicheo de los alumnos y luego vieron que el profesor Horacio que estaba encargado de la Dirección se encaminaba a la esquina del patio de la escuela de cuya viga colgaba una vieja y pequeña campana de hierro, anunciando así el inicio de la hora de recreo… Salimos en tropel por el pasadizo que daba a la calle Ayacucho y encaminarnos a pasar el recreo en las áreas verdes del parque Juan Basilio Cortegana , un grupo de pequeños jugaban a dar volantines consecutivos en una parte de área verde que tenía una marcada inclinación, otro grupo de alumnos de mayor grado los observaban divirtiéndose con la forma no siempre segura como caían los menores lo que les arrancaba grandes sonrisas, algunos jugaban a las “selladas” otros a escondidas otros ingerían pan o cancha que traían en sus bolsillos ya que no podrían colocarlo junto a los cuadernos ; los maletines eran de cuerina marrón , las mochilas eran inexistentes , algunos tenían “talegas de tela” y muchos solo contaban con bolsas plásticas , en la parte de los inexistentes juegos mecánicos los alumnos de quinto año jugaban al futbol en la improvisado campo deportivo. El resto del día paso sin mayor trascendencia, al salir de la escuela en la tarde no encontrábamos preocupados por conseguir los materiales solicitados, con un grupo de compañeros nos dirigimos a un solar abandonado por la calle “Cáceres” donde se arrojaba basura; Al fin entre los basurales encontramos los tarros vacíos de leche gloria y nos dirigimos a nuestras casas para proceder a lavar los mismos, luego nos reunimos frente a la librería ”Camacho” tuvimos que esperar a otros compañeros para entre todos comprar todo el pliego de cartón cartulina ; luego en la casa de uno de nosotros cortamos los recuadros solicitados por el profesor. Al día siguiente los compañeros de nuestra aula llegaban todos con su bolsita conteniendo los materiales solicitados; Sin embargo el regordete alumno, que era sobrino del profesor aún se encontraba solo en el aula, sin autorizar el ingreso de ninguno. El “Teodo” lanzó un grito... “El Profe… el profe”, todos se dispusieron a ingresar, el regordete de ojos vivos se sorprendió y dejó que todos ingresaran para luego dirigirse a la puerta y como veía que no llegaba el profesor se dirigió al “Teodo”, y con dedo inquisidor le decía “Te fregaste... te fregaste… desde mañana no te dejaré entrar—te fregaste…” “El Teodo” se reía triunfante…. Pasaron largos diez minutos hasta que el profesor ingresó, ¡ Buenos días profesor ¡ ¡ Buenos días respondió… luego de una larga mirada por todo el salón empezó a mirar a todos los alumnos y mirando las carpetas vacías se aligeraba la tarea de repasar la lista de cada día , anotó los nombres de aquellos que no veía… Luego se sentó en su viejo escritorio color caoba, sacó una bolsita del bolsillo interior de su infaltable saco, procedió a abrirlo y saco cartulinas recortadas que entregó a los alumnos que estaban en las primeras carpetas de las tres columnas de carpetas para dos que tenía el aula, los alumnos procedían a recorrer los lápices por el contorno de la silueta de cartulina, una vez que concluyeron todos, el profesor explicaba ¡ Procedan a cortar los moldes, luego pintamos los dos moldes con “sapolín blanco” , igualmente procedemos a pintar el tarro limpio de leche Gloria, al que previamente en la parte central y paralela del mismo se le hizo una abertura ( “Tiene que ingresar un sol…dijo el profesor), luego de hacer esto , todos procedieron a sacar los mismos al patio con la finalidad que se oreen… Al volver al aula, el profesor había dibujado en la pizarra los dos moldes, y procedió a explicar, que luego de que los moldes y el tarro se orearan se procedería a colocar en el molde, dos botones para los ojos, que el corcho se tenía que quemar un poco y colocar como hocico , y con parte del cartón cartulina sobrante se confeccionaría un “rabito” para pegar en el segundo molde, y entre las caras internas de los moldes se pegaría el tarro, teniendo cuidado de que el orificio esté en el lomo del “Chanchito del Ahorro” Con la idea ya captada, los alumnos se apresuraron en terminar el mismo, con alegría inmensa observaban el “chanchito del ahorro” de cada uno…. En la parte posterior del aula, existía un estante de madera de cuatro divisiones color celeste, al que el profesor cortando los números de un almanaque había colocado los números del uno al trentiuno a partir del trentidos al cuarentisiete se había ingeniado en pegar adecuadamente dos números para seguir con la numeración, Cuando todos ya hubieron concluido el trabajo manual, ordenó que se colocara de acuerdo al número de lista que nos correspondía. Cuando se colocó el último “chanchito”, el profesor se dirigió a los alumnos, volviendo a reforzar el tema del ahorro, concluyendo que el resultado de ésta práctica de manera cotidiana veríamos los resultados al fin de año; para esto dijo ya había aperturado un cuaderno de control en donde anotaría las cantidades de dinero que se depositarían todas la mañanas antes de iniciar las clases; Reiteró que deberíamos evitar los gastos y que antes de gastar en cualquier vanidad mucho mejor era ahorrar. Los días siguientes era toda una novedad, desde antes de inicio de clases, el profesor atendía y anotaba en un cuaderno las cantidades a ahorrarse, posteriormente se dictaban las clases; Al finalizar el primer mes de iniciada ésta práctica el profesor se tomó media hora, para leer a cada uno cuanto tenía ahorrado, felicitando a aquellos que tenían más dinero y reiterando la toma de conciencia para aquellos que tenía poco o nada, esa práctica se repitió durante seis meses, muchos chicos en verdad tomaban en serio estas cosas y esbozaban su planes para el uso útil que podrían dar a sus ahorros. Fue un día lunes en que como de costumbre el niño regordete de ojos claros y cabello lacio hacía de las suyas al no permitir el ingreso al salón de clases, cuando de manera intempestiva y sin saber por dónde el profesor llegó los alumnos se apresuraron a ingresar y tomar sus asientos, el profesor se había posesionado en el sillón frente a su escritorio, sacó de éste último sacó el cuaderno de control de ahorros a la vez que llamaba a aquellos que iban a hacerlo, solamente se acercaron cinco alumnos, el primero verificó que anotaran la cantidad en el cuaderno y enseñando la amoneda se dirigió a depositar en su “chanchito”, se demoró un poco en hacerlo y se extrañó mucho más al escuchar el sonido débil de la lata, está vacía pensó por un momento sin embargo no reaccionó limitándose a quedarse inmóvil , para esto el segundo alumno ya se acercaba se percató del estado dubitativo de su compañero, lo observó pero fue al mirar al estante donde estaban los chanchitos que se sorprendió…!Profesor!…!Profesor!…-han sacado los ojos y la narices de los chanchitos –dijo, de manera inmediata se dirigió a ver su chanchito, al verlo “desfigurado”, se apresuró a tratar de acariciarlo como imaginando su dolor, fue aún más su sorpresa al sentir un peso muy liviano, lo sacudió impulsivamente y verificó con horror de que sus ahorros de seis habían desaparecido, verificó el orificio de ingreso de las monedas y vio que este había sido manipulado, comprendió todo….Cuando volvió en sí ya se encontraba rodeado por sus compañeros quienes verificaban el estado de su “chanchito” y por supuesto de sus ahorros, con ojos llorosos y la impotencia reflejada en sus rostros miraron al profesor que no salía de su asombro, le bastó a éste un ligero movimiento de sus ojos para ver que solamente dos alumnos no se encontraban cerca al estante, sino que descubrió sus mirada cómplices e indiferencia con éste lamentable hecho; de inmediato recordó que estos fueron quienes el último domingo se encargaron de la limpieza del aula por lo que comprendió que estos serían los autores del hecho; Llamó a estos a su pupitre, (los demás alumnos comprendieron todo),algunos grititos desaforados pero la mirada penetrante del profesor hizo que todos callaran , los interrogó en voz baja, los chicos se agacharon queriéndose desaparecer en el piso que miraban, el profesor levantaba la voz y no fue hasta que hizo el intento en pararse que uno de éstos, acusó al otro de haberlo hecho, éste replico que lo habían hecho los dos , el profesor interrumpió las acusaciones y les solicitó dijeran donde estaba el dinero. Los tres salieron del aula, se dirigieron a la dirección, antes de retirarse indicó el profesor que nadie saliera, algunos compañeros empezaron a hacer conjeturas e imputaciones inverosímiles contra estos muchachos, tras unos veinte minutos el profesor retornó con una bolsa plástica enlodada conteniendo al parecer el dinero y teniendo aún a los autores en su costado se dedicó a contabilizar las pequeña monedas de céntimos de sol, se tardó cerca de una hora en ese trabajo, luego de un silencio prudencial y de cruzar la información contable determinó que existía un faltante, preguntó nuevamente a los muchachos estos aceptaron haber gastado en cosas diferentes esa cantidad; Fue en estas circunstancias que las madres de estos estudiantes se aparecieron en el umbral de la puerta del aula, visiblemente contrariadas se acercaron a sus hijos cogieron a sus hijos de los pelos y tras bruscos movimientos hicieron que estos estallaran en llanto, el profesor intervino estas le pedía que los castigaran sino ellas mismas lo harían ; el profesor estaba en una encrucijada miró a los ojos de sus alumnos y estos aprobaban la decisión de las señoras; sacó la palmeta de madera y obligándoles a enseñar las manos recibieron diez palmetazos en cada mano , luego les hicieron pedir perdón a sus compañeros, y de rodillas pedir perdón as sus madres. Totalmente avergonzados por lo que habían hecho, castigados y humillados totalmente frente a sus compañeros salieron del salón acompañados de sus madres quienes a la vez seguían amenazándolos con que el castigo continuaría en sus casas. El día siguiente llegó, lo sucedido fue comidilla para los alumnos de toda la escuela, al estar ya en el salón con el profesor y para tranquilidad de todos los alumnos , éste indicó que el dinero sería devuelto y que una pequeña diferencia lo cubriría él, Y que el último día de clases devolvería los ahorros, los alumnos aceptaron, sin embargo poco a poco se terminó con el entusiasmo por el ahorro, los flamantes “chanchitos” fueron desapareciendo poco a poco y los que quedaron el profesor dispuso que fueron botados a la basura, por último hasta el solitario estante vacío fue removido. Pasados unos quince día se aparecieron nuevamente con sus madres aquellos chicos castigados, llamaron al profesor fuera del aula, demoraron unos minutos y luego ingresaron con el profesor, éste dispuso sin mayor explicación que tomaran sus asientos, los ojos inquisidores de los demás alumnos empujaron al profesor a justificar su actuar , ¡Todos merecemos una segunda oportunidad-dijo-, ¡Además ya cumplieron con devolver el dinero, ya fueron suspendidos quince días, ahora a dedicarse a los estudios! Llegó el último día de clases, el profesor, llamó uno a uno a los alumnos entregándoles sus correspondientes ahorros , solamente los susodichos fueron llamados al último se les entregó lo poco que habían ahorrado, estos lo recibieron tristemente, y el solo ver a sus compañeros rebosantes de alegría aumentó mucho más su pesar, las lágrimas saltaron a sus pequeños ojos y mientras sus compañeros saltaban de alegría y discutían sus planes, se toparon con la mirada enternecida de su profesor, éste abrazó a los dos chico bajo la cabeza a la altura de éstos y les dijo : ¡Ya hijos, olvídense de lo pasado, hay que mirar adelante pero lo más importante es que hayan aprendido de todo esto y nunca más en su vida lo vuelvan a repetir!... éstos esbozaron una sonrisa se miraron e intentaron expresar la alegría de sus compañeros….